Palabras y frases célebres de un personaje con pantalones bombachos, saco y sombrero de tres picos, enemigo del trabajo, trotamundos, enamoradizo, pero sobre todo justo y de buen corazón, así era «Clavillazo», personaje caracterizado por José Antonio Hipólito Espino Mora. Quien diera como legado a Costa rica su también célebre frase ¡Pura vida!, pues el éxito de Clavillazo fue tremendo en el mundo.

El día 13, del octavo mes del año 1910, el matrimonio Espino Mora recibió a uno de los once hijos que tendrían en total, matrimonio dedicado al oficio de tablajeros, actividad en la que participaba toda la familia. Por las mañanas los hijos estudiaban, en las tardes acudían a la carnicería a trabajar, el trabajo era mucho y el negocio familiar tenía mucha demanda.

José Antonio mostró desde muy pequeño un amor al arte escénico, a los 12 años escapó a la Ciudad de México tan solo para que su padre, Don Fidel, lo obligará a regresar a su tierra natal. Pero lo que se trae como talento busca siempre una salida para ser valorado y José decidió asistir a audiciones para papeles secundarios y ocasionales en el Teatro Variedades, hoy Teatro Victoria, mostrando sus dotes en el escenario, José no estaba conforme, él deseaba más y no en puestas de melodramas, quería hacer reír, no llorar.

Fue en 1943 cuando decide emigrar definitivamente a la Ciudad de México, vendía perfumes y baratijas para sostener sus gastos más necesarios hasta que Fernando Soler le otorgó la oportunidad de participar en su compañía interpretando papeles muy pequeños y de mínima importancia, al término de seis meses decide renunciar para iniciar su propia compañía, pero algo no le permitía lograr su cometido, la noche que renunció, con sus pocos ahorros compró tres cosas; un avión de juguete, una botella de ron de alto precio, un smoking y decidió beber la botella y observar su juguete vistiendo elegantes prendas en un cuarto muy costoso que rentó para tal ocasión.

Al siguiente día no tuvo más remedio que empeñar el juguete y el smoking, encontró trabajo como velador y durante dos meses planeó la forma de regresar a las carpas, creó dos personajes con los que audicióno, fueron «Pulidor» y «Chumiate»; el segundo tuvo un poco de éxito, hoy en día aún se puede escuchar en los barrios de la Ciudad de México el uso de esa palabra para dirigirse a ayudantes en negocios como talleres mecánicos, carnicerías y vulcanizadoras.

Parte de la caracterización de «Chumiate», era pintarse pequeños clavos en los ojos, a lo que sus compañeros le comenzaron a decir «Clavo», siendo Adalberto Martínez «Resortes», quien afectivamente lo llamara «Clavitos», se cree que tanto José como Adalberto, jugando con motes sobres los nombres de sus personajes encontraron que «Chumiate» debería experimentar cambios, como dejar de usar el rostro pintado y llamarse «Clavillazo».

El cambio llamó la atención del público, así como los nuevos ademanes, el timbre de su voz y cantadito de algunas palabras, con ayuda de cómicos famosos tuvo la oportunidad de ascender a carpas muy importantes, hasta tener su propia compañía, a la que llamó Carpa Teziutlán, posteriormente cambió el nombre por Berta, en recuerdo por su madre y una hermana, ambas ya fallecidas en ese entonces.

En 1950 debutó en la pantalla grande, curiosamente obtuvo la fama gracias a los celos de Mario Moreno «Cantinflas», pues José sería la pareja sentimental de la hermosa y elegante actriz Miroslava Stern en la película Monte de Piedad, está aparición fue gracias a Carlos López Moctezuma, Fernando Soto «Mantequilla» y los hermanos Soler, de estos últimos, José agradecido y reconoció a Fernando Soler, pues siempre mencionó que él fue su maestro en las artes escénicas.

José participó en 38 cintas, algunas en las que caracterizó a «Clavillazo» se presentaron en los cines más importantes de Latinoamérica y Europa hispana, su filmografía es la siguiente:

Bohemios de afición (1984).

Estoy sentenciado a muerte (1983).

En las garras de la ciudad (1981).

Ratero (1979)

Lágrimas de mi barrio (1973)

La marchanta (1973)

Los fantasmas burlones (1965)

Los fenómenos del fútbol (1964).

Las chivas rayadas (1964).

El cara parchada (1962).

Los bárbaros del norte (1962).

Sobre el muerto las coronas (1961).

Besito a papá (1961).

¡Mis abuelitas… no más! (1961).

El globero (1961).

Conquistador de la Luna (1960).

Juan Polainas (1960).

Una señora movida (1959).

El joven del carrito (1958).

El sordo (1958).

Aladino y la lámpara maravillosa (1958).

El castillo de los monstruos (1958).

Piernas de oro (1958).

Pobres millonarios (1957).

Nunca me hagan eso (1957).

El organillero (1957).

El chismoso de la ventana (1956).

Vivir a todo dar (1956).

Pura vida (1956).

El fantasma de la casa roja (1956).

Una movida chueca (1956).

Sindicato de telemirones (1954).

Chucho el Roto. (1954)

Se solicitan modelos. (1954).

Reportaje (1953).

Ahí vienes los gorrones (1953).

El genial detective Peter Pérez (1952).

Monte de Piedad (1951).

Teziutlán perdió a su hijo José Antonio Espino Hipólito Mora el 24 de noviembre de 1993 en la Ciudad de México a causa de un paro cardíaco a la edad de 83 años.

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