En lo que va de este año, en Puebla van al menos 11 muertes por linchamiento, las circunstancias son similares, todas por intento de robo, delito que al día de hoy es muy común, tan común, que las víctimas ya no denuncian.

La denuncia se está eliminando como un proceso de las víctimas, la opacidad de los cuerpos que deben prevenir y procurar justicia es uno de los principales motivos por los cuales ya no se lleva a cabo ese trámite.

Por esta razón la ciudadanía en general está haciendo justicia por su propia mano, lo cual muchos aplauden, pero también muchos satanizan, el motivo, más violencia.

Es correcto que se deben respetar las leyes, pero no es correcto que quien debe ejercer la ley sea muy indiferente y en el delito de robo, muchos más.

El ladrón no solo roba un artículo, roba más que eso, se roba una pertenencia, trabajo, esfuerzo y dedicación que damos al trabajar para adquirir cualquier cosa.

Ese es el coraje de la gente que se reúne al saber que alguien detuvo a un ladrón, el coraje de saber que ese ladrón está tomando por la vía fácil lo que a otros les llevó mucho esfuerzo y sacrificio.

Entonces, hay justicia para el ladrón que fue lacerado por un pueblo que ya no confía en sus autoridades, pero sabe que para el delincuente siempre habrá esa justicia, motivo por el cual el pueblo actúa por su propia mano

¿Dónde está la justicia?