Está por demás mencionar las cifras de feminicidios que han marcado a nuestro Estado, porque a estas alturas, pareciera que nos estamos acostumbrando a escuchar más y más este tipo de noticias y, nos volvemos un poquito más inmunes y desinteresados a los actos ilícitos que a diario nos rodean.

En Puebla, hemos rebasado el máximo histórico de feminicidios, lo que representa un 10% el aumento en comparación al 2016, lo que nos coloca como un Estado inseguro y violento, en donde quienes corremos más riesgos de ser víctimas de un atraco, somos las mujeres y, pese a la solicitud de declaratoria de Alerta de Género, las cosas siguen y por lo visto seguirán igual.

Hace un par de días, en el municipio de Venustiano Carranza, se encontró el cuerpo de una mujer de aproximadamente 25 años de edad, con varios impactos de bala sobre su rostro, hombro, seno, abdomen y espalda. El cuerpo de la mujer, quien desafortunadamente permanece como desconocida fue encontrado la madrugada del pasado jueves, siendo ese mismo día reportado por vecinos del lugar. Al momento no se ha determinado el motivo de la agresión, pero ya se suma a la gran lista de agresiones violentas contra las mujeres.

No es la forma en que vestimos, ni la manera en que nos comportamos frente a los demás, tampoco es que salgamos a la calle para “provocar” a los hombres, tampoco se trata de nuestros distintivos femeninos, ni mucho menos es que seamos el sexo débil y, a decir verdad, no sabemos de qué se trate, lo único de lo que estamos seguras es que, estamos cansadas de la masculinidad y la manera en que estos términos y comportamientos son aceptados cada día por una sociedad que parece más pasiva que activa.