Uno de los principales males que nos aquejan desde la juventud es la adicción al cigarrillo, muchos entramos en ese vicio por motivos de sentirnos «grandes», aún recuerdo la primera ocasión que sostuve un cigarro en mis dedos, la emoción de verme frente al espejo fumando, sintiéndome mayor, interesante, me veía como yo veía a los personajes de televisión, como el héroe de la película, como el soldado que cumplía su deber en las series de guerra, vamos, el cigarro me hacia verme triunfador, seguro y muy importante.

Tenia 15 años cuando decidí fumar, algunos compañeros de la escuela ya lo hacían, ni que decir de los de prepa, esos ya daban el golpe al humo, ya no tosían, ya sabían fumar, en ese entonces mi cuerpo aún en desarrollo no resentía, mi condición física seguía siendo buena, en la escuela donde estudié hacíamos mucho deporte, lo cual me hacía creer que realmente el cigarro no era malo.

Hoy tengo 35 años, llevo más de la mitad de mi vida fumando, 20 años para ser exactos, después de dejar la milicia mi vida se volvió sedentaria, adiós deporte, adiós comida saludable, pero no pude decir adiós al cigarro, el ser testigo del infarto de una persona relativamente cercana me puso a reflexionar sobre el cigarro y las consecuencias de fumar y las que llegarán si continuo fumando.

Intenté dejar de fumar con la fuerza de voluntad, está cabrón dejarlo así, definitivamente no pude, intenté los parches, no me sirvieron, pastillas, menos me sirvieron y mientras intentaba dejarlo, más lo consumía, hasta preferir comprar sueltos, más caro, pero menos consumo, si compraba una cajetilla me la terminaba en un día, sueltos eran entre 13 y 15 diarios, mi condición física se terminó, mi ropa ya olía a cigarro, mi garganta ya silbaba por las noches al acostarme, dormía muy poco y ya estaba muy preocupado.

Había escuchado de la existencia de los cigarrillos electrónicos, intenté con uno, pero tampoco me funcionó, es una lata eso de estar comprando pilas y consumibles, hasta que conocí los vaporizadores, parecieran tener el mismo sistema que un cigarro electrónico, pero no, estos se pueden ocupar tanto por gente que intenta dejar el cigarro, como por quienes nunca han fumado, aquí lo interesante es inclusive el diseño, pues no es por nada parecido a un cigarro.

El vaporizador es recargable, para empezar ya no se gasta periódicamente en pilas, los líquidos son muchísimo más extensos en sabores, en el cigarro electrónico también hay muchos sabores, el detalle es el sabor del vapor, el vaporizador cuenta con una gama muy amplia de filtros o resistencias que permiten un mayor sabor y mucho vapor, los cigarros electrónicos no, es poco sabor y poco vapor.

Sobre los líquidos los hay de muchos sabores, eso ya lo comenté, este liquido es una mezcla de glicerina natural, propilenglicol y para los que estamos dejando el cigarro, nicotina, misma que se puede graduar con base en la necesidad de cada fumador o para los que no fuman, sin nicotina, ni la nicotina, ni la glicerina natural ni el propilenglicol son químicos cancerígenos, solo la nicotina es adictiva y de ahí la adicción al cigarro convencional.

Conforme el uso del vaporizador es como se puede ir graduando de más a menos la nicotina en el liquido, esto pretende que si iniciamos con un liquido graduado en 9% de nicotina (una cajetilla diaria), a los tres o cuatro meses bajamos la dosis a 8% y así hasta llegar al 0% de nicotina, esto lo que genera es gradualmente quitar la dependencia a la nicotina sin la necesidad de sufrir por no fumar, pues el vapor nos da la apariencia de estar ingresando y expulsando humo, pero no, con el vaporizador no hay combustión alguna, solo vapor.

En Europa esta actividad es totalmente permitida por gobiernos y empresarios, en los países de primer mundo se prohíbe el consumo de tabaco en espacios públicos, como restaurantes, cafeterías, bares etc. pero si se permite vapear, esto es porque la organización mundial de la salud no reconoce la figura del vapeador pasivo, es una actividad totalmente inocua para quienes no la practican y están acompañados o en espacios donde se permite el vapeo.

El Ministerio de Sanidad británico y el Real Colegio de Médicos del Reino Unido han sido rotundos al respecto. Tras analizar una década estudios científicos, han determinado que vapear es un 95 % menos perjudicial que fumar. Dicho de otra forma: el daño que pueden hacer los vaporizadores, como mucho, el 5 % del que hace el tabaco con sus decenas de sustancias cancerígenas.

Mis cambios:
Yo aún fumo cigarro, pero de 13 a 15 que consumía por día, hoy sólo consumo de 1 a 3 y ya es por necedad, no por necesidad, duermo más y descanso, ya no silva mi garganta por las noches, inclusive dejé de roncar, resisto más al subir escaleras o caminar distancias regulares, siento la necesidad de hacer ejercicio, dejé de apestar a cigarro.

Mucha gente dice que esto es peor, que los aparatos explotan, que los líquidos causan cáncer, que si esto, que si lo otro, pero jamas han tenido un vaporizado en sus manos, de hecho muchos ni fuman cigarro, el principal enemigo de esta actividad son las empresas cigarreras, evidentemente crean campañas de desprestigio para el vapeo, lo deben hacer, un fumador menos es menos dinero para ellos.

Lo recomiendo, ¡sí!, me sirve y mucho, los invito a conocer esta alternativa para dejar de fumar, no dejarse llevar por lo que se dice, mejor darle la oportunidad al vapeo y darnos la oportunidad de dejar definitivamente el cigarro, no continuar dañando nuestra salud y ser libres de esta terrible adicción.

P.d. Dicen que los vaporizadores explotan, yo he usado varios, ninguno ha explotado, estos aparatos, como en los equipos de telefonía celular, se deben buscar marcas reconocidas y de calidad, así como buscar en Youtube el testimonio de muchísimos ex fumadores que hoy vapean.